Mi meta es hacer 500 collages y, después de 7 meses, logré llegar a los primeros 100.
Me he demorado más de lo que había imaginado en mi cabeza cuando empecé, pero eso dejó de ser importante después de todo lo que aprendí en este proceso.
Hacer los primeros 100 collages me desafió mucho.
Al principio quizás no tanto (porque hacía lo que me resultaba fácil), pero después de empezar a probar otras cosas fue muy distinto.
Primero, usé los fragmentos de siempre. Después agregué más fragmentos. Probé nuevas combinaciones de formas y de paletas de colores. Encontré un pequeño estilo y empecé a repetirlo, y me gustó.
Después de hacer unas siluetas de rostros pintadas a mano, los resultados eran extraños, pero me gustaban.
Agregué palabras (que había recortado de muchas revistas y que tenía guardadas). Armé frases al azar combinando esas palabras. El resultado: increíble (porque yo no podía creerlo).
Usé unas fotos de grietas de la calle que había tomado hace años y que las tenía impresas. Éste era su momento de salir a la luz. El resultado: me encantó más de lo que me imaginaba.
En este proceso...
Me di permiso para probar cosas nuevas.
Me di permiso para equivocarme.
Me di permiso para no hacerlo perfecto.
Me di permiso para olvidarme del resultado.
Y me di permiso para avanzar...
Porque lo único que sí o sí va a pasar si haces algo muchas veces es AVANZAR.
